La segunda reseña crítica publicada en el último número del suplemento Artes y Letras la firma Enrique Villagrasa y está dedicada a Leer para ti, libro de la poeta norteamericana Siri Husvedt que publicamos en edición bilingùe con traducción de Julia Piera y Chiara Merino:
"Tolstoi se planteaba el arte como la evocación de un sentimiento que uno ha experimentado, y, una vez evocado, trasmitirlo por medio de movimientos, lineas, colores, sonidos o palabras, de modo tal que los demás experimenten el mismo sentimiento. O algo así. Bien, pues, tras leer "Leer para ti" de Siri Hustvedt (Minnesota, 1955) uno queda conmovido por la sencillez en la comunicación de ese sentimiento-experiencia y el conocimiento que tiene para que el lector vibre con él: "Perdió la casa en esa interrupción de la memoria."
Me han impresionado las estampas literarias que describen su vida familiar y la de sus vecinos: esa su memoria impenitente. Prosa poética que me recuerda la narratividad de "El guardián del centeno". Creo que en este texto desaparece el linde si lo hay entre verso y prosa. O al menos asi lo veo y así lo he leído unas páginas de poemas en prosa de lo más elocuentes y enjundiosos. Los recuerdos se agolpan pagina tras página en su hábil descripción: parecen fotogramas, o sea imágenes vivas, en movimiento. Cuántos pecados escondidos afloran. Es un poemario de necesaria lectura. Creo que a la autora alguna vez o más de una le angustian las certezas de su pasado y realiza su propia catarsis en estas ochenta páginas, que se leen de tirón: "Los hijos de Martha siempre estaban arriba, ocul tos. Son retrasados, pesados, lentos, incapaces de convertirse en nada salvo en niños en la treintena. Jamás los vi." Me ha sorprendido gratamente este poemario Es una edición bilingüe, que cuenta con un prólogo explicativo y acertadísimo de Eduardo Lago, que implica al lector, y un traducción notable de Julia Piera y Chiara Merino".
Me han impresionado las estampas literarias que describen su vida familiar y la de sus vecinos: esa su memoria impenitente. Prosa poética que me recuerda la narratividad de "El guardián del centeno". Creo que en este texto desaparece el linde si lo hay entre verso y prosa. O al menos asi lo veo y así lo he leído unas páginas de poemas en prosa de lo más elocuentes y enjundiosos. Los recuerdos se agolpan pagina tras página en su hábil descripción: parecen fotogramas, o sea imágenes vivas, en movimiento. Cuántos pecados escondidos afloran. Es un poemario de necesaria lectura. Creo que a la autora alguna vez o más de una le angustian las certezas de su pasado y realiza su propia catarsis en estas ochenta páginas, que se leen de tirón: "Los hijos de Martha siempre estaban arriba, ocul tos. Son retrasados, pesados, lentos, incapaces de convertirse en nada salvo en niños en la treintena. Jamás los vi." Me ha sorprendido gratamente este poemario Es una edición bilingüe, que cuenta con un prólogo explicativo y acertadísimo de Eduardo Lago, que implica al lector, y un traducción notable de Julia Piera y Chiara Merino".