Juan Carlos
Suñén, nacido en Madrid en 1956, reside en la actualidad en Magaz de Abajo,
dedicado a la escritura. Ejerció como crítico literario en los diarios El Pais
y ABC, así como en distintos medios, y dictó clases de técnicas literarias en
la Escuela De Letras desde su fundación hasta 2010. Ha publicado los siguientes
libros de poemas: Para nunca ser visto
(1988), Un ángel menos (1989), Un hombre no debe ser recordado (que
obtuvo el Premio Rey Juan Carlos, 1991), Por
fortunas peores (1992), La prisa
(1994), El hombro izquierdo (Premio
de Poesía Ciudad de Melilla, 1996), Cien
niños (1999), Idea (publicado
originalmente con el título El viaje de
todos, Premio Francisco de Quevedo 2004 del Ayuntamiento de Madrid) y La misma mitad (2004). Su obra ha sido
incluida en numerosas antologías españolas y
latinoamericanas.
Sobre "La habitación amarilla":
“La habitación amarilla / es
realidad esperando / pacientemente lo que viva en ella”. Recipiente, contexto,
lugar de tránsito o residencia última de la imaginación decantada en palabra
poética. A La habitación amarilla acuden la memoria fragmentada, las
iluminaciones de un futuro deseado, los sueños, el amor, la muerte y las
pesadillas. Juan Carlos Suñén, uno
de los poetas de obra más sólida y singular de su generación (de quienes
comenzaron a publicar en los años ochenta) nos ofrece en este libro una suerte
de lente a través de la cual contemplar el mundo. No es el mundo plano de lo
visible y sabido. Es la verdad poliédrica, la historia cargada de emociones y
certezas y, a la vez, de incertidumbres y miedos, que vive en nuestra voluntad
y que encuentra lugar de destino para su realización y desarrollo en la
naturaleza —el agua, los pájaros, la hierba, el lenguaje de los insectos, los
destellos de la infancia— y sobre todo, en una habitación cuya ventana se asoma
al campo. La inevitable evocación de van Gogh a la que nos lleva el título
conduce a un “realismo interior” que hace que la experiencia se enriquezca con el
sueño, lo irracional o, simplemente, lo no visible. Un magnífico libro para el
gozo lector y para la reflexión. Una invitación a visitar un espacio poético
acogedor y lleno de interrogantes sobre la vida. Sobre nuestra vida. MANUEL RICO (Director de la colección Bartleby Poesía)