"No es fácil, contra lo que puede parecer en principio, captar el chispazo de los tres versos de un jaiku, y es menos fácil aún saberlo transmitir. Y ese es el mérito -que no debería pasar desapercibido- de esta traducción, hecha por alguien que es también poeta y sabe lo que es moverse en ese incierto terreno que está en el límite del significado, allí donde el lenguaje es revelación o relámpago". Podéis leer el resto de reflexiones de Santos Domínguez acerca del trabajo de traducción de Marcos Canteli con los jaikus de Jack Kerouac pinchando sobre el texto de arriba.