lunes, 29 de octubre de 2007

C. K. Williams y Jaime Priede en ABCD

El suplemento de ABCDe las Artes y de las Letras publicó este sábado pasado una columna firmada por Ricardo Menéndez Salmón donde se destacaba la labor de traducción que viene realizando Jaime Priede y se hacía una interesante valoración de su último trabajo: Reparación, de C. K. Williams:

"Decididamente, con gran talento y mucha tenacidad, el asturiano Jaime Priede se está convirtiendo por derecho propio en uno de los más importantes traductores de poesía en lengua inglesa de nuestro país. Si a finales del año 2006 nos llegaba su exitosa antología de Raymond Carver, Todos nosotros, en Bartleby Editores, y hace pocos meses nos en­tregaba su magnífica relectura de El puente, de Hart Grane, para Ediciones Trea, saludada con entusiasmo des­de estas mismas páginas por Jaime Siles («¡Jóvenes poetas, leed a Gra­ne!»), de nuevo en Bartleby Editores aparece la versión que Priede realiza de un poeta hasta ahora inédito por estos pagos, el norteamericano C. K. Williams, de quien se traduce Repa­ración, libro publicado originalmente en el año 1999.


Aunque la poesía de Williams se nos presenta ya desde su título co­mo una literatura del consuelo, más bien me inclinaría a definirla como una poética angustiada de la con­ciencia, casi como una hipertrofia del sujeto que prohijó la tan añorada Modernidad. En efecto, la conciencia y sus hallazgos, entre los cuales el sustrato epifánico que atesora la rea­lidad no parece el menos desdeñable, se dibujan en la obra de Williams co­mo los únicos instrumentos capaces de dotar de sentido al mundo, aun reconociendo que en su propio pro­ceso de conformación transportan el germen de su fracaso. Porque el mundo aspira a ser comprendido, cierto, pero no se deja aprehender, como confiesa Williams en un bello poema de inspiración abiertamente cartesiana: «Palabras o cera, no hay modo de // moldear nuestra propia imagen, nuestra desolada // concien­cia al borde de la cual sólo // hay más conciencia». De esta dialéctica entre lo que se puede decir y lo que sólo se puede mostrar, rescata la poesía de Williams momentos de esplendor y otros no tan exultantes.


Porque Reparación es un libro desigual aunque notable, que cami­na por lugares trillados cuando se deja invadir por la emotividad (caso de piezas como «Owen, siete días» o «Biopsia»), pero que vuela alto, muy alto, cuando Williams opera con cierta distancia y se embosca en la contemplación de la pura ma­teria, bien para celebrarla en lo que tiene de don (y ahí está ese extraor­dinario poema titulado «Árbol»), bien para interrogarla en lo que posee de ciega y absurda (como se puede ver en el memorable «Hueso», casi una revisitación entomológica de «La ca­rroña» de Baudelaire). Lo que queda, en cualquier caso, es la sensación de haber asistido a un hallazgo. Que no decaiga, pues".