jueves, 10 de mayo de 2007

Gestión de la mentira: Addison de Witt

Parece que la doctrina Acebes-Zaplana va calando en la sociedad virtual: emboscado en un seudónimo y asomándose a un blog que se autodefine de "contracrítica de poesía y poetas españoles", un contracrítico resentido (¿será algún poeta rechazado aquí y en otros foros por su evidente escoramiento?) se divierte propagando calumnias gratuitas contra un servidor, Pepo Paz (editor de Bartleby Ed.), Manuel Rico (director de la colección de Poesía) y el suplemento cultural Babelia a cuenta de la crítica a página completa que El País publicó el sábado pasado sobre Billy Collins. Tan valiente y afilado resulta ser el firmante que ni siquiera acepta comentarios que puntualicen sus mentiras. Calumnia, que algo queda (célebre teoría de resultados poco contrastados). Según el Sr./Sra. Addison de Witt, Pepo Paz ideó hace ya tiempo un compleja operación de toma y asalto al Babelia mediante la conexión Rico-Babelia-Dobry (o quien firme cualquier crítica o reseña sobre nuestras publicaciones): y todo por conseguir que una editorial pequeña (le faltó añadir independiente, vaya olvido) salga reseñada en dicho suplemento. Tan esforzada estrategia tiene su táctica: él/ella la llama "círculo crítico-editorial-favor-por favor". Y sus resultados se cuentan por éxitos, claro: en todo el año 2006 se publicó una única crítica de nuestras novedades (al libro de poemas de Günter Grass) en Babelia. Como se aprecia, la concienzuda estrategia que nos revela el/la iluminado/a de Addison es todo un ejemplo a seguir y denunciar.

A saber:

Edgardo Dobry resulta culpable de haber realizado el epílogo hace tres o cuatro años de la antología ZurDos. Última Poesía Latino americana que firmaron los chilenos Yanko González y Pedro Araya y que publicamos en Bartleby Poesía en colaboración con la Fundación Domingo Malagón (riesgo editorial que otras desdeñaron). Desconoce que el paquete (tal y como se nos ofreció) incluía prólogo, antología y epílogo y que no conocimos ni conocemos de nada más a Edgardo (ni le podemos poner cara) porque nunca hemos coincidido con él. Al parecer eso inhabilita a cualquiera para la crítica en suplementos. Curioso criterio. Más curioso resulta cuando afirma que Rico y Dobry son amigos personales sin ni siquiera haber charlado ni una sola vez en su vida. Apego a la verdad, que dirían Addison y sus correligionarios.

Manuel Rico resulta culpable de ser crítico a su vez en Babelia, poeta, ensayista y novelista. Al parecer eso le inhabilita para ejercer cualquier otra función en la vida, aplicando doctrina conocida del Tribunal Constitucional al respecto. Desconoce el afilado contracrítico el funcionamiento interno de Babelia -no, tampoco tengo el placer ni de conocer personalmente a quienes lo elaboran semanalmente, vaya desastre de estrategia ésta de Pepo Paz, pensarán ustedes, como no conozco a la gente del ABCD o de El Cultural o de Artes y Letras (que la semana pasada publicó una entrevista en página doble a Tess Gallagher) o de YoDona (que el sábado pasado publicó una entrevista a doble página con Siri Hustvedt)-. Otra sorpresa más: no existe ninguna vinculación laboral entre Manuel Rico y Bartleby Editores, no está contratado como director editorial, ni cobra ni ha cobrado en todos estos años nada al respecto. Extraña vinculación ¿verdad?

Y yo, Pepo Paz, resulta que soy culpable de no ser tonto y de haber seducido a la viuda de Carver para publicar sus poemas en exclusiva en España o de editar a Collins o a Sharon Olds...(y no a él/ella, claro). O de no contar con ningún premio con el que traficar favores en el catálogo. O el de llevar nueve años ejerciendo la edición desde la precariedad y la independencia. O el de enviar, puntualmente, cada novedad a las mesas culturales de este país de una manera discreta y sin protagonismos. O de que no nos enteráramos hasta la mañana del mismo sábado, cuando leí la edición digital de El País y la edición impresa ya estaba en la calle -Babelia se imprime los miércoles, por si no lo sabe el Guerrero del Antifaz-, que salía publicada una reseña sobre nuestro libro...

Ya les digo, la gestión de la mentira cada vez devenga más réditos en nuestro país. Y el mundo virtual es un excelente propagador de mentiras anónimas y de cobardes contracríticas...